En esta primera línea de adquisiciones el criterio aglutinador ha sido la validez de los y de las artistas como agentes generadores de discursos de lo más sugestivos a la hora de incentivar el pensamiento crítico, establecer diálogos y agitar conciencias. De la historia como constructo y la imagen como herramienta de pensamiento trata la obra de Julián Barón y de Art al Quadra, estas últimas dan eco a los vestigios olvidados de la historia más reciente a través de una mirada feminista. De la representación de la imagen y de su asimilación y consumo a través del espectro social trata la obra de Carlos Pesudo. Mientras que Ester Pegueroles reflexiona sobre la memoria o el recuerdo resultando sus obras en documentos de tipo social y político.
La raíz es, por definición, el origen o causa de algo, en este caso constituye el planteamiento de una nueva colección de arte contemporáneo que tiene como principio configurador la pertenencia en un mismo territorio. Cuando menos, Rel es el detonante para radiografiar el estado de la creación artística en la provincia de Castelló.
De la incomunicación propia de los tiempos convulsos que nos rodean discurre la obra de Lucía Moya, Paco Rangel y Ana Vernia. Los tres artistas ponen a la persona observadora a percibir el instante, el detalle y con esto la empujan a sumergirse en un estado de auscultación. A veces nos encontramos que la vía para conseguir el anhelado instante de introspección, como propone Gema Quiles, requiere coger elementos de la cotidianidad y trasladarlos a un espectro de artificio que capte nuestra atención.
Y, finalmente, de la observación y con ello de la exploración matérica se desarrolla la trayectoria de Amparo Dols y Joan Valle, este último reivindica la madera como base de un proyecto escultórico que profundiza en las raíces valencianas.