Un gigantesco desierto de hielo se extiende, inhóspito y enigmático, con una belleza intacta. Donde la tierra y el cielo se funden, la naturaleza frágil y extremadamente bella convive en armonía con la crudeza de una de las áreas más inhóspitas del planeta. El mundo infinito del Ártico contrasta con la insignificancia del ser humano. Un silencio imponente lo inunda todo y proporciona una profunda paz y la conciencia de estar vivo.
Ser uno más entre todos los seres de la tierra.
Fotografías tomadas entre los años 2016 y 2019, en las regiones de Kulusuk y Qaanaaq en Groenlandia, Yamalia en Siberia y la Laponia noruega y finlandesa.
Los pueblos que habitan el Ártico poseen la serenidad y simplicidad del origen del ser humano, viven conectados a la naturaleza, lejos de las normas que rigen el mundo industrializado. La naturaleza les ofrece todo lo que necesitan. El paisaje blanco sin sombras enseña de nuevo a mirar, a descubrir cada detalle de esa tierra indomable, donde solo siguiendo las leyes de la naturaleza se puede sobrevivir. «La línea blanca» aborda la región ártica como el lugar donde regresar a la serenidad y sencillez original del ser humano, describe la inmensidad blanca del Ártico y a los pueblos que la habitan en armonía con la naturaleza. Las fotografías que forman «La línea blanca» fueron tomadas entre los años 2016 y 2019 en el círculo polar ártico, en las regiones de Kulusuk y Qaanaaq en Groenlandia, Yamalia en Siberia, y la Laponia noruega y finlandesa.
Círculo polar ártico
66º 33'.